Un año más, nos encontramos en el tiempo de Cuaresma para los Cristianos, que nos anuncia la próximidad de la Semana Santa, y aunque trabajamos todo el año para que cada Semana Santa sea mejor en cuanto a desfiles procesionales se refiere, el afán que tiene la condición humana de superar lo realizado el año anterior, nos lleva a pensar año tras año y una vez que acaba la Semana Mayor, como podemos superar lo realizado en la Semana Santa que ha finalizado.
Siempre me he planteado sí los gastos que realizamos son inadecuados e insolidarios con los que tienen menos y en peor situación económica están, como consecuencia de la situación de desempleo en la que estamos inmersos, pero al visitar los talleres de orfebrería, de artesanía de bordados, de escultores y tronistas de madera, me he dado cuenta de que todas las Cofradías y Hermandades, realizan una labor económica y social muy importante, al garantizar con sus inversiones en arte religiosos y gastos anuales, la estabilidad de muchas familias que tienen como base de su renta los salarios que obtienen en los talleres a que nos hemos referido, o de las actividades económicas que realizan, comercio, turismo etc.
Los donativos a organizaciones no gubernamentales y a las obras de la Iglesia, están sosteniendo los programas y proyectos en los países en vías de desarrollo y también en los países desarrollados, cofinanciando con los presupuestos gubernamentales, el mantenimiento de instituciones sanitarias y de formación, creando nuevos empleos para los servicios de la vida diaria, a personas discapacitadas y a mujeres y jóvenes con riesgo de exclusión social.
Os animo a seguir entre todos el camino que llevamos, para que nuestra Semana Santa sea una referencia en Andalucía, y podamos contar con un número de visitantes, que de alguna manera ayude a reactivar sectores productivos importantes, como el sector de los servicios turísticos, y otros sectores de mucho arraigo en nuestra Comarca, fomentando la demanda y el consumo.
La Semana Santa debe de ser un motivo de encuentro y reflexión, para construir un mundo nuevo mejor más solidario, a las vez que cultivar los valores espirituales, y porqué no otros más profanos y lúdicos, y según la forma de sentir y pensar de cada uno, y que en definitiva nos haga caminar hacia lo infinito y eterno, que es a lo que el ser humano por su naturaleza tiende, desde que nace hasta que muere, y aunque a veces no queramos reconocerlo, pero así lo sentimos.
Un abrazo fraternal.
El Hermano Mayor
Manuel Rapallo Rodríguez
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